Una de las cuestiones respecto al uso del teléfono móvil en el aula es si prohibirlo o permitir usarlo.
La realidad es que
cuando se prohíbe el uso de dispositivos móviles en la escuela se ignora la
realidad tecnológica que el alumno vive afuera (redes sociales, Internet, mensajería,
etc.) y cuando entran en el aula -donde están prohibidos- se sienten aislados en
un mundo que no les es propio y que los excluye, llevándolos a la frustración. Por
eso es necesaria la apertura del aula a las realidades sociales y tecnológicas de
la sociedad.
Los docentes deben
lograr que los alumnos adquieran conocimientos y competencias que les permitan
interpretar y participar en cuestiones sociales de su comunidad y del mundo en
general.
Ligar a la escuela
con el entorno social y tecnológico en el que se desenvuelve los alumnos fuera
de ella, significa permitir el uso de dispositivos móviles autorregulado por los
profesores y los alumnos a la vez. Se debe exponer el tema y buscar
soluciones por consenso.
Algunas de las
posibilidades educativas de los dispositivos móviles en educación primaria y
secundaria son el desarrollo de:
1. Competencia en
comunicación lingüística.
2. Competencia
matemática.
3. Competencia en
el conocimiento y la interacción con el mundo físico.
4. Tratamiento de
la información y competencia digital.
5. Competencia
social y ciudadana.
6. Competencia
cultural y artística.
7. Competencia
para aprender a aprender.
8. Autonomía e
iniciativa personal.
También es posible
integrar en el aula aplicaciones para mejorar la comunicación entre alumnos y
profesores que permitan: pequeñas tutorías, recordar tareas y fechas importantes,
entregar notas de exámenes, etc. Todo previo al establecimiento de normas entre los alumnos
junto a sus profesores.
La aplicación de los
dispositivos móviles de forma novedosa genera la participación y la
construcción colaborativa, y supone un desarrollo en los aprendizajes. Lo
atractivo es el potencial para mejorar el carácter social de los aprendizajes. Además, los nuevos usos de los dispositivos
móviles facilitan el estudio y fomentan la creatividad.
La apertura, el carácter interactivo, la participación que permiten los dispositivos móviles generan nuevas formas de identidad, mientras que el aprendizaje permite desarrollar un mayor número competencias
digitales para utilizar herramientas colaborativas y de participación en la
construcción del conocimiento.
Un caso: En la Escuela
Secundaria Wada de Japón se fomenta que jóvenes, de manera
independiente, puedan contribuir a la sociedad. Una de las medidas concretas
que introdujo en la Escuela Secundaria Wada en el año 2010, cosiste en actividades
educativas que encarnan los ideales de la autonomía y la contribución en una
clase llamada “El mundo en general”. En esta clase no hay respuestas correctas
o incorrectas.
Se apunta a entender
que en la sociedad contemporánea hay muchos problemas que no tienen soluciones
simples, y los niños de hoy al crecer se tendrán que enfrentar a estos
problemas y encontrar soluciones propias. Por lo cual apuntan a desarrollar el
hábito de pensar en este tipo de problemas con sus profesores y compañeros
durante sus años de secundaria.
Algunas de las
cuestiones discutidas en clase son: ¿Necesitan los estudiantes de secundaria
teléfonos móviles? ¿Es necesario que Tokio sea sede de los Juegos Olímpicos?
¿Es apropiado informar a los estudiantes de secundaria sobre el cáncer? ¿Qué
pasaría si trasladaran una base militar a Wada? ¿Es aceptable la clonación
humana?
En estas clases se
utilizan iPads, incluso han desarrollado una aplicación que permite a los
estudiantes compartir sus opiniones con todo el grupo en tiempo real, generando
un intercambio de opiniones durante la clase. Permitiendo que los estudiantes
pueden aprender de esa diversidad de opiniones.
El resultado es
una mejora en la comprensión de las razones y enfoques, una motivación para el
estudio de aquello en lo que se tiene interés y el respeto de las opiniones
diferentes.
Fuentes: